La conocida "Canción del ruiseñor", de la zarzuela "Doña Francisquita", en la voz de la soprano Angeles Chamorro.
El debut profesional de la cantante tuvo lugar en 1955, mientras todavía era alumna, ofreciendo diversos conciertos en sociedades musicales como el Ateneo madrileño. En esos primeros contactos con el público fue acogida con manifiesta simpatía y los elogios que recibió la estimularon. Mucho debió entonces a los consejos del compositor y crítico musical Enrique Franco, quien la introdujo en la estética de la música. Más animada que nunca, preparó sus actuaciones con todo cuidado, exigiéndose la máxima perfección. Hizo su presentación en la sala Pleyel de París y el éxito obtenido satisfizo sus deseos.
Recorrió muchas salas dando recitales. Todo le fue llegando escalonadamente. Y tras el acompañamiento pianístico vino el de la orquesta. Durante la temporada 1964-65 estrenó en Toulouse LA ATLÁNTIDA de Falla-Halffter; y en Madrid, al tiempo que se formaba la Orquesta de Radio Televisión Española, cantó bajo la dirección de Igor Markevitch la NOVENA SINFONÍA de Beethoven. Desde ese momento recorrió la mayor parte de Europa con recitales, además de misas, oratorios, cantatas, fragmentos de ópera, zarzuela y “lieder”. Su nombre comienza a adquirir prestigio y todos los aficionados la aplauden seducidos por el gratísimo timbre de su voz, su exquisita musicalidad y el talento interpretativo. Actuó con la Orquesta Nacional Francesa; con La Filarmónica de Praga; con la de la Radio Televisión Italiana y con casi todas las españolas.
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